1 La evolución de la mujer japonesa durante el S.XX Lun Ago 02, 2010 4:16 pm
Yukimura
Vamos a empezar esta sección con un tema actual. Todos tenemos la idea de Japón como la de un país muy ligado a sus raíces, a sus costumbres y a sus orígenes. También estamos muy acostumbrados a oír que la posición de la mujer japonesa dentro de la sociedad nunca ha sido lo que se puede decir activa. La mujer japonesa desde siempre ha desempeñado las funciones de maruja y, lo que es peor, ha sido educada a tal efecto. Mientras el hombre era el sustento de la familia, la mujer era la que limpiaba, fregaba y daba de comer al sustento. Esto parece muy arcaico y machista, pero lamentablemente debo recordaros que esto mismo ocurría (y ocurre, pero cada vez menos) hace muy poco tiempo (sólo fijaros en vuestras abuelas y me entederéis).
Pero lo mejor de todo es que las cosas están cambiando y que la mujer se está abriendo un hueco dentro de una sociedad como la japonesa (y lo mismo ocurre en el resto del mundo, por supuesto).
A partir de la década de los 50, la mujer ha ido igualándose en todo lo que
podía al hombre. El aspecto más importante es el de los estudios.
A mediados de este siglo, la mujer japonesa cursa estudios secundarios, para con el tiempo aumentar el número de universitarias. La situación entre hombres y mujeres ha llegado a estabilizarse en esta década de los 90. Este pequeño detalle es importantísimo a la hora de ver la evolución de la mujer. Lo primero que se puede deducir de todo esto es que la mujer, mucho más preparada intelectualmente, ya no se queda en casa, sino que tiene empleo y sueldo. Esto le da un peso específico dentro de la infraestructura de su familia, además de una independencia.
Y el hecho de que no se las eduque para limpiar y fregar sin rechistar, hace que conozcan lo que es vivir y qué es lo que se hace en ese status, que para algunas de ellas puede llegar a ser una especie de fantasia.
Esto es lógico. Fijaros en los países en los que hay un régimen dictatorial. ¿Sabéis quiénes son los que se quejan de dicho régimen?. Los universitarios, la gente que estudia y la gente que sabe lo que hay más allá . El resto viven en la inopia y lo que se les dice, para ellos, es lo único que cuenta. Todo esto ha hecho que a lo largo de estos últimos 40 años la mujer se haya podido poner a la altura del hombre.
Pero todavía hay algunas barreras que se deben superar. Está claro que el machismo japonés todavía existe y que éste se deja notar en muchos casos. Las dificultades que tendrá una mujer para, por ejemplo, conseguir un puesto de trabajo, serán mucho mayores que las trabas que tendrá un hombre. El trato de una mujer tampoco será el mismo, el nivel salarial y un largo etcétera. Lo que se ha hecho en estos últimos años ha sido el primer paso. La mujer japonesa (y la mujer en todos lados) todavía tiene que recorrer mucho camino, incluso más del que deber¡a recorrer en realidad, para poder decir que est al mismo nivel que los hombres.
No quiero que me acuséis de feminista, pero esta forma de pensar no está en consonancia con los tiempos que corren (falta un añito para el S.XXI).
Y para concluir, y para meter un poco el tema del manga de por medio, tenemos que fijarnos en qué roles representan las protagonistas femeninas de nuestros mangas preferidos. Realmente, un tanto por ciento muy alto de ellas hace las funciones de mito sexual erótico-festivo. Esto demuestra lo que antes he dicho sobre la mentalidad japonesa. No digo que esté en contra (aunque no me gusta excesivamente, todo hay que decirlo) de este tipo de historias. Una de los aspectos que más diferencian al manga de otro tipo de estilos es la versatilidad, pero está claro que desde este punto de vista el manga está anclado en el pasado. No quiero que el 80%de los chicos se me echen encima después de este comentario. Es sólo mi opinión. Espero que la respetéis tanto como yo respeto la vuestra. Espero que penséis en este tema, pero tened en cuenta que es extensible (con sus diferencias y similitudes) a muchos más rincones del mundo y que aquí se ha hecho más hincapié en la mujer japonesa. Será pernicioso el pensar que esto es un hecho aislado del país del Sol Naciente.
Pero lo mejor de todo es que las cosas están cambiando y que la mujer se está abriendo un hueco dentro de una sociedad como la japonesa (y lo mismo ocurre en el resto del mundo, por supuesto).
A partir de la década de los 50, la mujer ha ido igualándose en todo lo que
podía al hombre. El aspecto más importante es el de los estudios.
A mediados de este siglo, la mujer japonesa cursa estudios secundarios, para con el tiempo aumentar el número de universitarias. La situación entre hombres y mujeres ha llegado a estabilizarse en esta década de los 90. Este pequeño detalle es importantísimo a la hora de ver la evolución de la mujer. Lo primero que se puede deducir de todo esto es que la mujer, mucho más preparada intelectualmente, ya no se queda en casa, sino que tiene empleo y sueldo. Esto le da un peso específico dentro de la infraestructura de su familia, además de una independencia.
Y el hecho de que no se las eduque para limpiar y fregar sin rechistar, hace que conozcan lo que es vivir y qué es lo que se hace en ese status, que para algunas de ellas puede llegar a ser una especie de fantasia.
Esto es lógico. Fijaros en los países en los que hay un régimen dictatorial. ¿Sabéis quiénes son los que se quejan de dicho régimen?. Los universitarios, la gente que estudia y la gente que sabe lo que hay más allá . El resto viven en la inopia y lo que se les dice, para ellos, es lo único que cuenta. Todo esto ha hecho que a lo largo de estos últimos 40 años la mujer se haya podido poner a la altura del hombre.
Pero todavía hay algunas barreras que se deben superar. Está claro que el machismo japonés todavía existe y que éste se deja notar en muchos casos. Las dificultades que tendrá una mujer para, por ejemplo, conseguir un puesto de trabajo, serán mucho mayores que las trabas que tendrá un hombre. El trato de una mujer tampoco será el mismo, el nivel salarial y un largo etcétera. Lo que se ha hecho en estos últimos años ha sido el primer paso. La mujer japonesa (y la mujer en todos lados) todavía tiene que recorrer mucho camino, incluso más del que deber¡a recorrer en realidad, para poder decir que est al mismo nivel que los hombres.
No quiero que me acuséis de feminista, pero esta forma de pensar no está en consonancia con los tiempos que corren (falta un añito para el S.XXI).
Y para concluir, y para meter un poco el tema del manga de por medio, tenemos que fijarnos en qué roles representan las protagonistas femeninas de nuestros mangas preferidos. Realmente, un tanto por ciento muy alto de ellas hace las funciones de mito sexual erótico-festivo. Esto demuestra lo que antes he dicho sobre la mentalidad japonesa. No digo que esté en contra (aunque no me gusta excesivamente, todo hay que decirlo) de este tipo de historias. Una de los aspectos que más diferencian al manga de otro tipo de estilos es la versatilidad, pero está claro que desde este punto de vista el manga está anclado en el pasado. No quiero que el 80%de los chicos se me echen encima después de este comentario. Es sólo mi opinión. Espero que la respetéis tanto como yo respeto la vuestra. Espero que penséis en este tema, pero tened en cuenta que es extensible (con sus diferencias y similitudes) a muchos más rincones del mundo y que aquí se ha hecho más hincapié en la mujer japonesa. Será pernicioso el pensar que esto es un hecho aislado del país del Sol Naciente.