1 El Fuego Inolvidable Lun Ago 02, 2010 4:19 pm
Yukimura
Con este artículo intentaré contaros de la mejor manera posible lo que pasó en octubre de 1945 en la ciudad japonesa de Hiroshima.
Para hacer más completo el artículo, empiezo comentandoos un poco los antecedentes, lo de Pearl Harbour y todo eso, seguir con el lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki y comentando lo que supuso para dichas ciudades el lanzamiento de unas bombas atómicas.
Por razones razones que no vienen al caso, obvio cualquier comentario personal. En el caso de que haya alguien que quisiera algo de lo dicho en este artículo, estaré gustoso de mantener una charla con él.
El ataque de Pearl Harbour
Japón a lo largo del final del S. XIX se vio casi obligado a un aperturismo al mundo occidental. Los japoneses, ni cortos ni perezosos, se pusieron al día de la manera más lógica, aprendiendo de los occidentales. Una vez enseñados, ya podían caminar con paso firme por la Historia Contemporanea.
Una de las asignaturas pendientes japonesas era la del territorio. Estar en un archipiélago tiene sus ventajas, pero también muchos inconvenientes. Japón necesitaba territorios de los que obtener materias primeras y con los que formar un Imperio Nipón. Su idea era la de conquistar China y hacerse amo y señor del Océano Pacífico.
Estamos en el año 1941. Con gran parte de los ideales cumplidos, a Japón le falta dominar el Pacífico, pero tiene la oposición seria de los EEUU.
Japón se sabía inferior frente al todopoderoso ejército americano, pero también sabían que en una guerra de pocos meses tenían sus posibilidades.
La idea, aunque descabellada, fue tomando forma. Japón quería atacar Pearl Harbour y lo tenía todo meticulosamente preparado. Así fue cuando el día 7 de diciembre de 1941 atacan dicha isla. A pesar de algunos "errores cómicos", el éxito japonés fue total. Japón consiguió pillar a los americanos de improviso y lo aprovechó para dar un golpe durísimo a su rival.
El único error nipón fue el no rematar la faena cuando tenía a los EEUU contra las cuerdas. Esto hizo que los americanos entrasen en la II Guerra Mundial y que la balanza se inclinara del lado de los aliados en contra de las intenciones italo-germánicas.
Hiroshima y Nagasaki: el final de una guerra.
Los EEUU desde 1942 llevaba a cabo en el más riguroso de los secretos la elaboración de la bomba atómica. Fue el Robert J. Oppenheimer el encargado de supervisar el proyecto Manhattan (nombre en clave que se le asignó al proyecto que tenía como misión crear la mencionada bomba). Estaba claro que tantos millones invertidos debían utilizarse por narices y que mejor país para probarlo que Japón, con el que tenía la espina de lo de Pearl Harbour. Y se utilizó. Un grupo de soldados, altamente cualificados, que duramente se habían entrenado para una misión que desconocían, esperaban la orden para entrar en acción. El presidente Truman dio su aprobación al lanzamiento de una bomba de uranio con el objetivo de alguna ciudad japonesa (que se escogería dependiendo de diversos factores). Los encargados de la misión se enteraron de qué iba la minutos antes de soltar la bomba atómica. Todo se tenía medido hasta el último detalle. Sólo faltaba el lugar exacto. Al final se escogió Hiroshima. La bomba atómica iba a explotar el 6 de agosto de 1945 a las 8:15 en una ciudad que apenas acababa de despertaba de un día en principio soleado y aparentemente tranquilo. Las apariencias engañan. Hiroshima pasó de la cotidianidad y la calma de un día normal al desastre y la destrucción de un día inolvidable protagonizado por un fuego inolvidable.
A las 8:15 del 6 de agosto de 1945 en Hiroshima había casas, escuelas, puentes, calles, gente que comenzaba su jornada. Unos segundos después de que el Enola Gay, la superfortaleza volante encargada de llevar la bomba hasta su objetivo, todo se convirtió en un amasijo de metales fundidos, ruinas, polvo (de los cadáveres), desolación y radiación. Como vieron que Japón todavía no se rendía (a pesar de que intentaron que Rusia mediara entre ellos y EEUU sin éxito) los americanos decidieron dar un último aviso a los japoneses con el lanzamiento de otra bomba (en esta ocasión de plutonio), en Nagasaki, el día 9 de agosto de 1945. En la madrugada del día 10, encabezado por el propio Emperador Hiro Hito pidió la rendición, sin condiciones, a los EEUU. La II Guerra Mundial había concluído.
Efectos de la bomba atómica
Se lanzaron dos bombas atómicas y Japón se rindió. Pero la cosa no quedó ahí, puesto que la gente que padeció los efectos de la bomba no tienen suficiente con rendirse. Ellos arrastraron a lo largo de toda su vida
los efectos secundarios de lo que apenas duró unos segundos.
Lesiones oculares, problemas hemáticos, problemas epidémicos, lesiones en los aparatos genitales etc... son algunos de los ejemplos más claros de lo que le ocurre a la gente que ha sido expuesta a una bomba atómica.
Altas temperaturas, vientos huracanados y la cantidad de energía que poseía la bomba fueron los causantes de todos estos males.
Pero todo esto se puede considerar a corto plazo. Había otros efectos que se hacían notar con el pasar de los años. Había gente que, debido al efecto de la radiación, moría años después del incidente. Gente que, según lo cerca que estaba del epicentro del holocausto había quedado señalado por la radiación. Es cierto que los que estaban más cerca del epicentro no tardaron mucho en perecer, pero tambien es verdad que los más "afortunados" tuvieron que malvivir durante años, con llagas, quemaduras y demás, hasta que les llegó la hora.
La bomba asoló una zona de 12 kilómetros cuandrados, hubo 130.000 víctimas, de los que murieron 80.000, casi 50.000 viviendas destruídas y 175.000 personas sin hogar. Y casi todo en unos segundos.
Para hacer más completo el artículo, empiezo comentandoos un poco los antecedentes, lo de Pearl Harbour y todo eso, seguir con el lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki y comentando lo que supuso para dichas ciudades el lanzamiento de unas bombas atómicas.
Por razones razones que no vienen al caso, obvio cualquier comentario personal. En el caso de que haya alguien que quisiera algo de lo dicho en este artículo, estaré gustoso de mantener una charla con él.
El ataque de Pearl Harbour
Japón a lo largo del final del S. XIX se vio casi obligado a un aperturismo al mundo occidental. Los japoneses, ni cortos ni perezosos, se pusieron al día de la manera más lógica, aprendiendo de los occidentales. Una vez enseñados, ya podían caminar con paso firme por la Historia Contemporanea.
Una de las asignaturas pendientes japonesas era la del territorio. Estar en un archipiélago tiene sus ventajas, pero también muchos inconvenientes. Japón necesitaba territorios de los que obtener materias primeras y con los que formar un Imperio Nipón. Su idea era la de conquistar China y hacerse amo y señor del Océano Pacífico.
Estamos en el año 1941. Con gran parte de los ideales cumplidos, a Japón le falta dominar el Pacífico, pero tiene la oposición seria de los EEUU.
Japón se sabía inferior frente al todopoderoso ejército americano, pero también sabían que en una guerra de pocos meses tenían sus posibilidades.
La idea, aunque descabellada, fue tomando forma. Japón quería atacar Pearl Harbour y lo tenía todo meticulosamente preparado. Así fue cuando el día 7 de diciembre de 1941 atacan dicha isla. A pesar de algunos "errores cómicos", el éxito japonés fue total. Japón consiguió pillar a los americanos de improviso y lo aprovechó para dar un golpe durísimo a su rival.
El único error nipón fue el no rematar la faena cuando tenía a los EEUU contra las cuerdas. Esto hizo que los americanos entrasen en la II Guerra Mundial y que la balanza se inclinara del lado de los aliados en contra de las intenciones italo-germánicas.
Hiroshima y Nagasaki: el final de una guerra.
Los EEUU desde 1942 llevaba a cabo en el más riguroso de los secretos la elaboración de la bomba atómica. Fue el Robert J. Oppenheimer el encargado de supervisar el proyecto Manhattan (nombre en clave que se le asignó al proyecto que tenía como misión crear la mencionada bomba). Estaba claro que tantos millones invertidos debían utilizarse por narices y que mejor país para probarlo que Japón, con el que tenía la espina de lo de Pearl Harbour. Y se utilizó. Un grupo de soldados, altamente cualificados, que duramente se habían entrenado para una misión que desconocían, esperaban la orden para entrar en acción. El presidente Truman dio su aprobación al lanzamiento de una bomba de uranio con el objetivo de alguna ciudad japonesa (que se escogería dependiendo de diversos factores). Los encargados de la misión se enteraron de qué iba la minutos antes de soltar la bomba atómica. Todo se tenía medido hasta el último detalle. Sólo faltaba el lugar exacto. Al final se escogió Hiroshima. La bomba atómica iba a explotar el 6 de agosto de 1945 a las 8:15 en una ciudad que apenas acababa de despertaba de un día en principio soleado y aparentemente tranquilo. Las apariencias engañan. Hiroshima pasó de la cotidianidad y la calma de un día normal al desastre y la destrucción de un día inolvidable protagonizado por un fuego inolvidable.
A las 8:15 del 6 de agosto de 1945 en Hiroshima había casas, escuelas, puentes, calles, gente que comenzaba su jornada. Unos segundos después de que el Enola Gay, la superfortaleza volante encargada de llevar la bomba hasta su objetivo, todo se convirtió en un amasijo de metales fundidos, ruinas, polvo (de los cadáveres), desolación y radiación. Como vieron que Japón todavía no se rendía (a pesar de que intentaron que Rusia mediara entre ellos y EEUU sin éxito) los americanos decidieron dar un último aviso a los japoneses con el lanzamiento de otra bomba (en esta ocasión de plutonio), en Nagasaki, el día 9 de agosto de 1945. En la madrugada del día 10, encabezado por el propio Emperador Hiro Hito pidió la rendición, sin condiciones, a los EEUU. La II Guerra Mundial había concluído.
Efectos de la bomba atómica
Se lanzaron dos bombas atómicas y Japón se rindió. Pero la cosa no quedó ahí, puesto que la gente que padeció los efectos de la bomba no tienen suficiente con rendirse. Ellos arrastraron a lo largo de toda su vida
los efectos secundarios de lo que apenas duró unos segundos.
Lesiones oculares, problemas hemáticos, problemas epidémicos, lesiones en los aparatos genitales etc... son algunos de los ejemplos más claros de lo que le ocurre a la gente que ha sido expuesta a una bomba atómica.
Altas temperaturas, vientos huracanados y la cantidad de energía que poseía la bomba fueron los causantes de todos estos males.
Pero todo esto se puede considerar a corto plazo. Había otros efectos que se hacían notar con el pasar de los años. Había gente que, debido al efecto de la radiación, moría años después del incidente. Gente que, según lo cerca que estaba del epicentro del holocausto había quedado señalado por la radiación. Es cierto que los que estaban más cerca del epicentro no tardaron mucho en perecer, pero tambien es verdad que los más "afortunados" tuvieron que malvivir durante años, con llagas, quemaduras y demás, hasta que les llegó la hora.
La bomba asoló una zona de 12 kilómetros cuandrados, hubo 130.000 víctimas, de los que murieron 80.000, casi 50.000 viviendas destruídas y 175.000 personas sin hogar. Y casi todo en unos segundos.